LA EXTRAÑA MUJER DE LA QUIJADA CHUECA

Cuando la dentista me habla para cancelarme una cita, en verdad descanso, ya que siempre que voy, no salgo muy bien librada y ando con dolor de muela toda la semana, o peor aún, se me cae en plena comida. Pero tenía que enfrentar una temible endodoncia. Yo estaba preparada psicológicamente para aguantar cualquier desconocido sabor mentoso, no tragarme la saliva, soportar el sonido de una sierra, y peor aún enfrentar la pequeña pero dolorosa cirujía.

Todo eso paso a segundo termino cuando en primera, ni siquiera podía abrir bien la boca, la doctora se sorprendio de que al tratar de abrir y cerrar, las muelas de arriba con las de abajo no quedaban ni juntas ni parejas. Se me quedo viendo y me pidio que me levantara y checara en el espejo mis movimientos de cerrar y abrir la boca. Batalle un poco para abrirla y al cerrarla ¡¡¡Aaaah la madre!!!... que me doy cuenta que la quijada se me va de lado. Ella me dijo que esto no era de ahorita, que ya tenía mucho tiempo, y comprendí porque cuando fui con otro odontólogo, al dejarme mucho con la bocota abierta, batalló para que me cerrara, como si fuera un baúl de acero viejo y oxidado; también comprendí porque en las mañanas amanezco con la boca de lado y por consiguiente me acorde que el culpable de todo esto es nada menos y nada mas que mi antiguo novio ahora ESPOSOOOO!!!.

Resulta que cuando noviabamos, me dio un besototototototototototototote (de esos que ahorita ni recuerdo como eran) que en el inter mi quijada tronó. Él se asustó y me pidio disculpas, yo me reí al escuchar como me tronaba mientras hablaba, como si fuera unas rodillas sin una pizca de ejercicio.

Total, la doctora me volvio a levantar para tomarme una radiografía, y me advirtió que no cerrara la boca porque tenía todos los instrumentos adentro (razón para ponerme aún mas nerviosa). Me la tomó y su primera queja fue decirme que estoy "extremadamente alta", a lo que yo pensé en mis adentros, que ella es la que está extremadamente chaparra. De rato empezó con el gis en el pizarrón, osea con la sierrita, y me dijo que si sentía alguna molestia levantara la mano izquierda; Claro que levanté la izquierda, la derecha, las dos piernas y las bubis y para acabarla me empezó a dar una alergia tan fuerte que tuvo que parar para que yo estornudara. (que pena)

En fín, sali con vida pero con la novedad de que aparte de arreglarme mi muela, me van a tener que poner una madre (que no entendí bien como era) en la noche por 6 meses hasta que se acomode porque si lo dejo pasar, a la larga se me va a desgastar tanto que me tendrían que operar para ajustarme el huesito-tornillo.

Mas gasto, menos entusiasmo, pero eso si, ya se a quien cobrarle el chistesito

(¿Lau porque estas tan lejos?)